A lo largo de
los años se ha enseñado muchos métodos para calentar. Algunos con errores y
otros más cercanos a las necesidades propias del ejecutante. En mi opinión el
calentamiento es la preparación de todo el cuerpo para ejecutar adecuadamente
mi instrumento. Preparar el cuerpo implica calentar los labios y los músculos de la zona vibrante. Esta zona es
la que muestro en la imagen inferior junto con los nombres de cada músculo que
la integra.
Preparar
el aparato respiratorio, el diafragma, comenzar a mover los dedos con el fin de
digitar correctamente, incorporar la postura corporal correcta y sobre todo
mentalizarse a que estoy por comenzar a interpretar el instrumento que elegí
para expresarme musicalmente.
Habrá
maestros que puedan diferir de esto último que digo, pero en lo personal creo
que toda persona puede o no tener condiciones para cantar, pero si el cantar en
el baño o donde sea lo hace feliz entonces…¡Adelante!
Así
es que si un aprendiz quiere tocar su trompeta es porque desea expresarse a
para eso estoy yo, para guiarle en el camino correcto a lograrlo con la mayor
dedicación posible.
Habiendo
aclarado esto puedo afirmar entonces que se debe tener en cuenta que el
calentamiento no debe ser olvidado e interrumpido jamás de su rutina diaria de
estudio. Predispone al trompetista a una concentración apropiada, en donde
junto a los ejercicios de estudio enlazados conforman la fórmula para lograr
una ejecución confiable, segura y sin tensión en el cuerpo.
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